sábado, 19 de abril de 2014

Perdida en Bilcock

Perdida en el Viento (Beatriz Alonso, 2014)


No suelo leer literatura romance (roman à l'eau de rose). No se si eso es una advertencia, una excusa o solamente el intento de iniciar un comentario que me emociona. Entonces, ¿por qué decir que no leo este género? supongo que es una nota aclaratoria, porque voy a hablar de algo más allá del romance en una novela que acabo de terminar de leer, y que quizá resulte innecesario, pero a la 2:30 de la mañana es lo que hay.

No se muy bien cuáles sean los derroteros usuales del género romance, pero sé -como todos-  que la trama se resuelve dando paso al final feliz y que el amor romántico debe prevalecer como nudo en la historia. También se que la novela romance de época no es fácil, vamos, toda novela que se centre en un período de tiempo que no es el contemporáneo del autor debe, necesariamente, ser difícil de escribir. Este punto siempre me ha parecido el más complejo de todos, alguna vez intenté leer historias que ambientadas en una época muy muy lejana naufragaban horrorosamente en los principios más simples y básicos de la historia (hechos, no hilo conductor). Sobre esto, encontré un puerto agradable, porque sin entrar en detalles históricos no desentona (hay cosillas, pero nadie quiere hablar de matrimonios sin amor).

Perdida en el Viento, es la opera prima romance de Beatriz Alonso, una española que me ha sorprendido en más de una ocasión con la buena pluma detrás de sus cuentos (http://cuentosdebeth.blogspot.com). Es la historia Sue, aunque yo diría que es la novela del Capitán Edward Bilcock, un capitán sin barco ni tripulación que se come completa al personaje femenino en cuanto aparece. La profundidad de un personaje no tiene punto de comparación con el otro, no porque Sue LePard no sea interesante, es que tiene demasiada competencia. En fin, Sue es una niña bien, hija de un padre desobligado que pretendiendo mantener un status quo inexistente quiere cazarla con un crápula, sin escrúpulos, vil y más malo y asqueroso que el tipo más malo y asqueroso que uno se pueda imaginar; algo así que como si Gastón (La Bella y la Bestia versión Disney) conociera a Ursula (también versión Disney) y adoptaran al Juez Turpin de Sweeny Tood (cualquier versión vale). Este tipo desagradable in extremis, aparece a mitad del libro y aun así está presente desde la primera página (like!). Sue escapa de una boda que irremediablemente la hará infeliz y de un padre que es igualito a no tener uno, y en el proceso de ser una mujer libre lleva con ella a una encantadora y escuálida arenque llamada Molly de 3 meses de edad (presumiblemente) y conoce a un antipático, borracho (al menos cuando lo conoce) y misógino Edward Bilcock.

Bilcock es un héroe nato, romántico trágico, brusco y tierno al mismo tiempo, manipulador, desfachatado, misógino, y en un inicio más propenso a satisfacer sus deseos y necesidades, aunque poco a poco se le ve diferente. Eso es lo que hace que la novela (de por si corta) se lea en un suspiro, la atención en la evolución de un personaje que crece a los ojos del público en cada página, eso y que la historia está escrita de forma sencilla y agradable. No es una novela pretenciosa, no tiene referencias y lenguajes que abrumen, se acompaña de breves descripciones a las situaciones que rodean a los personajes que hacen fácil comprender el mensaje, que hacen que la lectura se vuelva amena. La relación entre Sue y Bilcock es evidente, el desenlace obvio, pero hay giros interesantes, como que la protagonista no meta en líos innecesarios al Capitán, que comparten problemas y buscan solucionarlos como equipo (super like!) y eso es refrescante. Sue no es de las féminas literarias que me ponen de mal humor (like), aunque en algunos tramos habría querido golpearla (dislike). Bilcock es un tipo que se gana al público, aunque un poquito misógino para mi gusto (dislike), claro que la idea de verlo cuidar de Molly e intentar cambiarle el pañal, es invaluable! (superlike!)

Mención honorífica para la cabra, figura que se ganó un lugar propio en las referencias de la historia ("... no pudo evitar una sonrisa irónica al contemplar a la cabra...", ninguno de nosotros querido, ninguno de nosotros). 


**Spoilers alert**

Sue, de pronto dejándose llevar por quien sabe qué emoción (deseo de libertad?, frustración?, sexualidad reprimida?) se ve arrastrada por una pasión inexplicable (literalmente) hacia el Capitán Bilcock y luego de cinco minutos de conocerlo y sentir desprecio? calentura? je ne sais quoi, recibe un beso no solicitado (el aliento debía olerle a rayos a Bilcock, por más que quiero que el instinto responda) y comparte una primera vez liberadora pero frustrante (por el after, no por el durante). Luego de eso Edward Bilcock se convierte en el hilo conductor, sus demonios internos se dejan ver pero que no son más grandes que su encanto nato y nos lo muestran coqueto, tierno, demandante, generoso y protector; por lo mismo Sue se desdibuja un poco, sigue una línea y no se aparta de ella, pero no es competencia para la fuerza arrasadora del capitán sin barco (imposible no sentir el peso del pobre luego de perder su Wind Lady), protagonista indiscutible y el punto de mayor interés en la historia.

La escena con Molly y Edna, tiene su propio peso, la reivindicación de la madre. Por dos segundos estuve convencida de la muerte del pobre pescadito... sobre este punto reservo mis comentarios, el realismo y los zombies no me dejan ver con claridad y por lo mismo he de suponer que el que la niña no muriera era lo más adecuado, no sólo para el manejo de las emociones (esa muerte habría tenido una dósis de polémica muy grande, enorme más bien), sino por el utilitarismo mismo de ser la heredera y servir a la venganza de Edward.

Me habría gustado saber más de la psique de Bilcock... vale, también de la de Sue; entender mejor los motivos del malo malvado, malvadísimo; que Sue hubiera conocido un poco más del encanto magnético de Bilcock antes de abrir las piernas con tanta facilidad... o entender mejor sus pensamientos para que esa primera vez fuera más emocionante. Sin embargo, ese algo de instintivo en Sue y que esa primera vez fuera tan intempestiva (liberadora?) tiene un algo de interesante en sí misma. ¿Será que me dejo llevar por la historia y sus significados?
"...me abofeteas por la mañana y cuando cae la noche me abrazas, decídete querida"

4 comentarios:

  1. Jeje genial reseña, me hiciste reír con lo de la cabra. A mi la novela me encantó, es divertida, con momentos de drama. El capitán Bilcock me parece odiosamente seductor, quién sabe quizá se podría hacer una continuación para saber más del caballero, lo de la niña yo de verdad creí que había muerto, menos mal que no fue así, había sido una tragedia porque Sue la cuida con tanto amor toda la novela. Bueno no me extiendo que ya describiste deliciosamente la maravillosa primera novela de Beatriz Alonso, felicidades a la escritora y esperamos saber más de ella.

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    1. Gracias por pasar =) Me hacía mucha ilusión hacer un comentario por chiquito que fuera :)

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  2. Ooooomg!! estoy llorando literalmente de emoción! , me has calado, has entrado de lleno, y siento lo mismo que tú... a veces se apresura demasiado ésta que tiene la tecla floja!, la prisa me corroe, se me escapan las musas y no las encuentro, y cuando vienen me desbaratan, pero gracias por tantas palabras bonitas, no sé si podría hacerlo mejor, quizás algún día, espero que estés cerca de mí para guiarme con tus críticas constructivas, y sobre todo gracias por tanta sinceridad como has puesto en ellas!
    Gracias Coco, de corazón! <3

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    1. La que va a terminar llorando soy, mira que desde que supe de tu libro he estado a punto, porque tu alegría se contagia. Todo lo que digo es absolutamente sincero y aquí estoy siempre que me necesites, aunque no esté ahí, ahí.
      Gracias a ti por pasar y por ese Capitán... llevo racha de autores por el blog!.... señal divina de no dejarlo abandonaito =)

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