Un escritor con mucho potencial escondido bajo la comodidad de una entrada fija, de la publicación periódica de cuentos románticos en una revista de corte conservador conoce a una mujer que lo desafía a ser mejor, a veces con demasiada intensidad.
Campanella crea una historia que va más allá del cliché romántico de encuentro y el desencuentro de dos personas destinadas a estar juntas, es la historia de Argentina a partir de un escritor (Ricardo Darín) que tenía todo el potencial pero con un miedo intrínseco a ir más allá. Dos décadas de historia lo acompañan mientras huye y busca a Laura (Soledad Villamil); la dictadura militar, la persecución, las Malvinas, la democracia y la crisis económica. Sin ser una película sobre política tiene mucho de política.
El romance está bien, la realidad argentina delineando los pasos del escritor mucho mejor; el escritor mismo y sus miedos, la zona de confort, la reivindicación personal, los sueños y la pérdida de la ética, eso es lo que más me ha gustado.
El escritor a sueldo
Jorge a veces ruega, sin rogar, que le publiquen unos cuentos demasiado políticamente correctos, demasiado románticos, demasiado impersonales, demasiado genéricos. Jorge es un escritor a sueldo, uno que tiene asegurado (y no tanto) la presencia permanente en las revistas, pero su revista no se arriesga y él se a acomodado. En una discusión con Laura le dice que él no se puede dar el lujo de no tener trabajo y se aferra a su publicación. En otro momento, cuando Laura emocionada reúne los mejores cuentos de Jorge para que los publique, él le dice que no va a pasar por eso de ir con editor tras editor escuchando negativas, otra razón más para cuidar la revista y sus cuentos románticos, los que tanto le critica ella por que carecen de sustancia.
Hay un fantasma siempre presente (todos los escritores conviven con fantasmas, ¿cierto?), Mastronardi, ese sutil personaje que aparece en los primeros minutos y que se convierte en una presencia permanente en cada momento de la película.
SPOILERS
El suicidio de Mastronardi es parte misma de la evolución de Jorge, tan ensimismado que no acudió cuando su amigo lo necesitaba y que escribe una historia sobre él en un intento desesperado por encontrar su camino.
Jorge cae y muy bajo, convertido en crítico de teatro cobra por dar una crítica que ayude a la entrada y sin saberlo le cobra a la producción de Laura que lo enfrenta. Jorge cae y sigue cayendo, pero no está solo y encuentra nuevamente la inspiración en ella, mucho años después.
Una película de Argentina y su cambio, una historia de amor con final feliz, pero para mi la historia de un escritor que tiene miedo de ir más allá, que le tiene miedo a la negativa y que está lleno de debilidades, pero que pese a todo sigue escribiendo.
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