La publicidad Gandhi del día

Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea (Annabel Pitcher)

Hay libros cuya sencillez encierran una enorme complejidad, Jamie Matthews es la voz de un niño que puede ser cualquiera, que con absoluta y maravillosa inocencia narra sus días, su hermana vive sobre la repisa de la chimenea y es tan cierto como que Rose es un personaje, aun cuando no es más que cenizas en una urna, aun cuando como dice Jamie está muerta, muerta, muerta, muerta, muerta.

Lo que me enganchó es que aun cuando tiene sin duda momentos en que la ternura y tristeza se mezclan, no lo hace de manera dramática, porque suenan tan reales que es difícil no identificarse. Es un libro hermoso, tan fácil de leer, con un protagonista que medio abandonado, derrama dulzura sin llegar nunca a resultar empalagoso. La familia de Jamie tendría satisfactorio y él debería estar en lo más alto de las nubes o de las hojitas.

¿Cómo puedes extrañar a alguien a quien no recuerdas?

Tienen un montón de café en Brasil...

No importa que tan cansada esté, Sinatra y el café son un motivo más que suficiente para ponerse de buen humor.

Jamie y su eterna camiseta de Spiderman

Cuando terminé Juego de Tronos tenía la firme decisión de alejarme por un instante de las historias que irremediablemente me iban a dejar triste (aun no supero lo de Ned), así que abriendo el listado de pendientes me acordé de Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea (Annabel Pitcher), del que solo había leído un par de páginas, por curiosidad... 8 capítulos después en compañía de Jamie, Sunya, Jaz estoy enganchada a la historia, tiene momentos muy simpáticos, pero me angustia lo que va a pasar cuando por fin se sepa el secreto de Jamie.

"Si aquel espermatozoide de papá no se hubiera encontrado con aquel óvulo de mamá justo en el momento en que lo hizo, yo habría sido una persona diferente. Eso no tenía pinta de milagro. Tenía pinta de mala suerte".

In the pendiente

Mafalda - Quino

Una cosa es un país independiente

y otra cosa un país in the pendiente

Mafaldita siempre vigente.

Paciencia

Savage chickens - Doug Savage

- Tienes que aprender a ser paciente

- ¿Aprender? ¡Yo quiero ser paciente ahora!

¿Cómo se hace para ser paciente?, de la infinidad de virtudes que no tengo, es la que más falta me hace, yo intento, pero nada más no se como....

Al congelador...

¡Qué no!, ¡Qué no! ¡Qué no!... a ver, quiero una espada también yo... o por lo menos el congelador y mientras no regrese mi respiración a la normalidad de ahí no sale Un juego de tronos... ¡eso! hielo, como en Invernalia.

Cuando Joey lee Mujercitas está tan triste por la enfermedad de Beth que Rachel le pregunta si quiere que metan el libro al congelador (porque, bueno hay que ver el episodio...)... amo ese episodio y hoy entiendo tanto a Joey; no quiero leer más, no quiero que me lo confirmen; Dany sufre y Ned... ¡No! ¡Ned no!, no así...

Darcy, Montecristo y Eddard Stark son sagrados.

No he visto la serie, no busco información, todo lo que se me lo va contando George R. R. Martin desde el libro.

¿Por qué no puede ser un poquito más simple?

Afraid - Nachan

Un paso a la vez... pero hay unos que cuestan tanto...

Un millón de millones antes que yo

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Si, me queda claro, tampoco pretendo creer que he descubierto el hilo negro o que el agua se congela, un millón de millones antes que yo han descubierto lo maravillosa e inmensa de la obra de George R.R. Martin, eso tampoco cambia que cada vez que dejo de leer siento que me invade el sindrome de abstinencia o que cada vez que leo Eddard (...) el corazón se me acelera, o Daenerys (...) me gane la intriga por lo que puede ocurrir.

Un millón de millones antes que yo tenían la razón, La Canción de Hielo y Fuego es soberbia.

Odio a Catelyn Stark

Amo Juego de Tronos... el primer libro o la mitad del primer libro que es lo que he leìdo (no, aun no veo la serie), cada capítulo reafirmo más mi nueva obsesión, Ned Stark es perfecto, la historia de Daenerys me tiene enganchadísima, Jon, Robb... hasta Jon Arryn que ya está muerto me encanta, los Lannister me parecen geniales (aunque quiera golpearlos), pero Catelyn... creí firmemente que luego de tragarme 800 páginas de Isabel Archel, ningún otro personaje podría inspirarme tan nefasta reacción, pero Catelyn va a la cabeza, que mujer más estúpida.

Pretendía escribir algo que comenzara con Amo Un Juego de Tronos, pero mi amor por la historia es directamente proporcional por el desprecio a ese personaje, no por como trata a Jon, me parece natural, es porque es tonta y se cree brillante.

Mercy (Patrick Hoelck, 2009)

Por razones obvias (al menos para mi) siempre he tenido debilidad por películas sobre escritores, no biopics en si, aunque siempre los hay interesantes, sino personajes sobre un escritor cualquiera, me gustan los procesos creativos que se les ocurren a directores y guionistas.

La mecánica del corazón

La historia es que quería leer La Mecánica del Corazón (Mathias Malzieu) porque la portada de Benjamin Lacombe es bellísima y la moraleja es que hay momentos en la vida en los que uno debería quedarse con las ganas. La premisa es interesante, un niño que nace con el corazón congelado, la noche más fría de la historia, hijo ilegítimo de una joven que lo deja a su suerte y bajo la tutela de una médico/científico/curandera/bruja que le coloca un reloj de cuerda para que le funcione el corazón, pero el mecanismo es incapaz de soportar el dolor que causa amar; Jack a pesar de las advertencias se enamora al punto de la obsesión de una niña y la sigue por todas partes.

Son niños adultos jugando a la casita, muchos celos, mucho sexo, muchas discusiones, pero sumamente superficial. Al inicio me quedaba con la duda de si no era que le pedía mucho a la historia, pero en el momento que comienzan a surgir similes con eventos, personajes y cosas que no tienen cabida en el siglo XIX, solo porque si, sin ninguna explicación de su uso como recurso literario, ya me había perdido, no es un tema de creatividad, sino de coherencia, la que sigue faltando en la historia: en las acciones de Madeleine, la relación secreta de Jack y Acacia (al miss no le veo sentido por ninguna parte), la confusión al final de la historia.