Los amates son esos hermosos árboles que no dan flores, ni frutos, pero cuenta la leyenda que cada árbol tiene un punto secreto de donde nace una bellísima flor blanca, quien logre tomar la flor, tendrá todo lo que quiera, amor, dinero y salud, pero no se puede agarrar con las manos o la flor desaparece, se necesita un pañuelo blanco y arrancarla con todo y rama, otros dicen que se debe repetir una oración y no falta quien afirme que la flor le pertenece al diablo y debe ganarsela primero, si pierde tambien pierde el alma.
Los que ya no sueñan en cambio nos recuerdan que según la botánica, las flores del amate son sumamente pequeñas, tanto que no se ven a simple vista y se desarrollan dentro de una estructura que es como una copa cerrada con una abertura pequeñita por la que entran hormiguitas y avispitas que ejecutan el proceso de polinizacion y fecundación, conocido como infrutescencia.
Estos últimos tampoco creen en cronopios, ni en esperanzas y creen que Cortazar que puso un manual de instrucciones en el libro da clases en la Escuela de Artes y Oficios donde trabaja Wilt, con los mismos de Carnes 2 e Impresores 1.
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