domingo, 11 de septiembre de 2011

Hunger




Me ha dejado pensando, mucho.

Película de 2008 dirigida por Steve McQueen, basada en hechos reales, la huelga de hambre protagonizada por militantes del ERI en 1981, con un guión de Enda Walsh y el propio McQueen.


Michael Fassbender encarna prodigiosamente a Bobby Sands, militante del ERI que encabeza una serie de protestas: la protesta de las frazadas, la protesta sucia y finalmente la huega de hambre, para que el gobiernod e Gran Bretaña les reconociera entre otra serie de derecho el estatus de prisioneros políticos.


Primero he de decir que Fassbender hace escenas muy intensas y el diálogo con el sacerdote es impresionante, no me acuerdo cuanto tiempo dura pero es una escena muy larga, el diálogo es fluído, tenso, ingenioso, simpático, crudo y casi casi poético y luego el acercamiento a su cara, su expresión me gustó mucho y casi no parpadea, las dos mejores escenas de la película, Liam Cunningham como el Sacerdote Dominic Moran, es un complemento inmejorable para una escena tan bien lograda. El otro punto destacable es el intenso trabajo físico que requirió y que da un realismo casi macabro a la interpretación de Michael Fassbender, que lo mismo se embarca en grandes proyectos cargados de efectos especiales (X-men, 300, prometeus), que en magistrales obras del cine de autor.

Steve McQueen plantea una historia cruda, pero con momentos sorprendentes, el juego con la mosca y el policia llorando son imagenes muy bien logradas, las escenas del recuerdo de cuando niño es directo, no deja mucho a la imaginación, esa parte la prefiero cuando la cuenta Bobby, pero la fotografía a cargo de Sean Bobbitt me gustó mucho, en terminos generales la imagen es perturbadora y muy bien logrado, el juego de luces, la atmósfera de la prisión y en particular las celdas, son un acierto.

Bobby Sands aparece en el momento adecuado, cuando ya te has hecho una idea de la situación en la prisión, en ese momento se roba la historia, es el centro de todo cuando ya se ha decidido cómo van a protestar, McQueen supo dirigir a Fassbender, se nota en el proceso de evolución del personaje, en la mimetización que logra con el escenario, con los actores los minutos que comparte con otro la escena.


Steve McQueen tiene una forma de narrar que resulta atractiva y resulta prometedor en su primera película, lo que también da resultado en Shame, con la que repite a Michael Fassbender; hacer cine de autor es complicado, pero una historia inteligente siempre vale la pena y esta es una historia inteligente.

Es difícil de ver, requiere, te obliga a prestarle atención absoluta, porque los diálogos son muy rápidos y hay mucha información que se te escapa sobre todo si no se conoce la historia reciente de Irlanda, además si tiene una dosis elevada de violencia, pero no es eso lo que más me impresionó, sin, me imagino que a ti te pasó algo igual con lo nauseabundo del ambiente, desde que entra en la celda, la comida, sus protestas, mi mente trabajó el doble para contener a mi imaginación, porque la peste debió ser espantosa.

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