jueves, 1 de mayo de 2014

Entre triángulos amorosos, diplomacia, espías y trincheras

Cartas a Palacio (2014) - Jorge Díaz


Cartas a Palacio es un libro que llegó a mis manos porque la sinópsis me resultaba irresistible:
En 1914 estalló la 1ª Guerra Mundial, un conflicto en el que la España de Alfonso XIII jugó un insólito papel, tan olvidado como memorable. Por primera vez en la historia, un Estado organizaba una misión humanitaria: facilitó información a familias de todo el mundo sobre la suerte de más de 200.000 soldados, consiguió repatriar a más de 70.000 refugiados y 21.000 prisioneros, mejoró las condiciones de vida en los campos de concentración, evitó ejecuciones… Y todo esto desde una humilde oficina en los desvanes del Palacio Real, en Madrid.

Lo primero es que cual publicidad engañosa la sinópsis no describe a cabalidad la historia detrás. Si es la Gran Guerra el marco de fondo y la Oficina Pro-Cautivos está presente, pero no es el centro de la trama, es más bien una excusa para hablar de Álvaro-Blanca-Manuel, por ella están juntos, por ella Blanca conoce a Álvaro. Aunque no tiene un protagonista que destaque más que los otros, es la historia de Blanca, que tiene todas las virtudes que puede tener, es guapa, rica, trabajadora, dedicada, con buen humor, brillante, todo en su justa medida... eso la hace un tanto irreal. Algo similar ocurre con el resto de personajes centrales: Álvaro, Manuel, Franz, Gonzalo, Jean Marie, todos llenos de virtudes, pero sin llegar a entender por qué hacen lo que hacen. Lo anterior quizá no le hace justicia a Frank, por mucho el personaje más interesante y el mejor construido.

Frente a los buenos, están los malos, Carlos de la Era y Elisa, aunque no me quedó claro porque Elisa terminó en este bando. Elisa pudo haber sido un personaje marvilloso pero no es más que la antítesis de Blanca, es como si su función se limitara a demostrar las virtudes de la protagonista. Y luego están los personajes que complementan la historia, Carmen, Marcos, el Cubano, el Rey, Beatriz, Diego, Luis... son tantos persoanjes, tantos giros en la historia que algo se queda a medias, aunque no me queda claro qué. No es que la novela sea mala, porque no lo es, es muy entretenida, Jorge Díaz escribe de una forma que engancha. Aunque el énfasis está en el triangulo de Álvaro-Blanca-Manuel, los detalles históricos tienen mucho sentido; no ahonda en las descripciones de los lugares pero plantea muy bien las situaciones y le saca provecho al trasfondo diplomático que vende la sinópsis. Es una novela que deja un buen recuerdo, aunque no llegue a ser de imprescindible lectura.

Diplomacia humanitaria

Yo lo leí por esta parte, la posibilidad de conocer el primer esfuerzo humanitario por la protección de los prisioneros de guerra y la atención a las familias que buscaban desesperadamente información. A pesar de ser nada más el trasfondo es sin duda mi parte favorita de la historia, la vinculación diplomática, la búsqueda, la organización y los esfuerzos realizados. Es un tema fascinante y sin duda la novela da pie para buscar más información sobre el tema.

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